Nuestra Historia

Nuestra Historia 

Tres generaciones dedicadas al arte de la harina de molino. 

El origen: El legado de Don José Galán 

Todo comenzó con una obsesión: conseguir la harina perfecta. Mi abuelo, Don José Galán, no entendía la cocina sin la calidad máxima de la materia prima. Fundó esta casa con un compromiso claro: ofrecer una harina que respetara el producto y elevara cada plato. Él nos enseñó que el secreto de una buena fritura no está solo en el aceite, sino en la esencia de un grano bien tratado. 

El secreto: Molino de piedra y procesos artesanales 

A diferencia de las harinas industriales, en Harinas Galán mantenemos vivo el proceso más puro. Nuestra harina es molida en molino de piedra, una técnica ancestral que preserva todas las propiedades, el sabor y el aroma del cereal. 

Creemos en los procesos artesanales: trabajamos sin prisas, respetando los tiempos que el grano necesita. Esta molienda lenta evita que la harina se caliente, manteniendo su calidad organoléptica intacta. El resultado es un producto con alma, con una textura y un comportamiento en la cocina que solo la artesanía puede lograr. 

El presente: Tradición en manos de la tercera generación 

Hoy, como nieto del fundador, asumo el reto de proteger este legado. Hemos integrado la seguridad y exigencia de los tiempos actuales, pero nuestro corazón sigue siendo el mismo molino de piedra que conoció mi abuelo. Seguimos seleccionando el mejor trigo para garantizar que nuestros clientes obtengan siempre ese dorado crujiente, ligero y con sabor a verdad que nos define. 

Mucho más que harina 

Con el tiempo, nuestra pasión por lo auténtico nos llevó a ampliar la familia Galán. No podíamos entender nuestras harinas sin el acompañamiento perfecto. Por eso, hoy ofrecemos también nuestros Picos Andaluces y una selección de snacks, como nuestras patatas fritas, elaborados bajo la misma premisa: calidad artesana sin concesiones. 

¿Por qué elegirnos? 

Herencia Familiar: Tres generaciones garantizando el secreto de la fritura perfecta. 

Molienda en Piedra: Conservamos el germen y el sabor auténtico del trigo. 

Proceso Artesanal: Huimos de la producción en masa para centrarnos en la excelencia de cada saco.